Por Adriana Montenegro.
A finales de marzo del 2020 el saldo migratorio de ciudadanos venezolanos en Ecuador era de aproximadamente 363 mil. No obstante, cabe indicar que a partir del Decreto No. 826, de julio de 2019, el Gobierno ecuatoriano dio paso a un proceso de registro y regularización migratoria de esta población, estableciendo además como requisitos para su ingreso al Ecuador la presentación de una visa de excepción por razones humanitarias. Para mediados de marzo del presente año, 229 mil ciudadanos venezolanos habrían completado el registro migratorio en línea, mientras que poco más de 25 mil de estos habían conseguido acceder a las visas humanitarias.
En un principio, el Decreto No. 826 tuvo un efecto rebote. Entre la emisión de esta medida y la fecha de inicio de la visa humanitaria se registraron aproximadamente 86 mil ingresos de personas venezolanas en los diferentes puntos migratorios en Ecuador, llegando incluso a existir ingresos diarios de 6 mil personas. No obstante a partir del 26 de Agosto de 2019, una vez que entró en vigencia la medida, comenzaron a observarse ingresos de apenas 30 personas diariamente.
Con todo, el efecto más grave fue que muchos ciudadanos venezolanos optaron por ingresar al Ecuador por pasos irregulares, dejándolos en una situación de mayor de indefensión, en el que podrían ser presas fáciles de trata y tráfico de personas. Un hecho que llamó la atención sobre la situación precaria de los migrantes venezolanos a raíz del Decreto No. 826 se dio con el accidente de tránsito de 25 ciudadanos venezolanos en la parroquia Julio Andrade de Tulcán, al norte del país, quienes presuntamente habrían cruzado de manera ilegal. Al parecer había indicios de que existía un delito tráfico de migrantes pero, de conformidad con el encargado del tema en el Ministerio de Gobierno, el caso se cerró porque los ciudadanos venezolanos no se acercaron a testificar.
Ahora bien, a la situación ya de por sí precaria en la que se encontraban los migrantes venezolanos, se ha sumado los efectos que la pandemia del COVID-19 ha tenido en la sociedad ecuatoriana. Entre los principales problemas que citan los hogares venezolanos a partir de la pandemia se encuentran, en ese orden, la falta de alimentos, el acceso a empleo y medios de vida, alojamiento y acceso a medicinas así como servicios de salud.
La mayor parte de los migrantes venezolanos en Ecuador vive del comercio informal o negocios y no han podido realizar sus trabajos debido a las restricciones de movilidad. A eso se suma un porcentaje menor que declara haber sido despedido de su trabajos a partir de la crisis sanitaria. Por otra parte, algunos venezolanos han tenido también problemas al verse forzados al desalojo de sus viviendas por la imposibilidad de pagar los arriendos.
Otro de los problemas que también ha aumentado a raíz de la crisis sanitaria y de las restricciones de movilidad ha sido la estigmatización y discriminación hacia los migrantes. En temas de salud, si bien se observa que buena parte de los migrantes venezolanos no buscaron atención médica, cuando la necesitaban, por miedo al contagio del COVID-19, también se dan algunos casos en los que pese a ir a los centros de salud no recibieron la atención requerida. De igual manera se menciona que al no ser ecuatorianos no han tenido acceso a las ayudas sociales que brinda el Gobierno central, tales como las canastas de alimentos o bonos de emergencia. Es cierto sin embargo, que indican haber recibido colaboración de algunos gobiernos locales y las agencias de cooperación.
Esto, en última instancia, ha llevado a un movimiento de retorno de los migrantes venezolanos en Ecuador a su país de origen. Cientos de venezolanos han sido vistos cruzando la carretera Panamericana con rumbo a la frontera con Colombia. Muchos de ellos mencionan que retornan a su país pues no cuentan con medios de vida necesarios para subsistir, pero también hablan de la necesidad de volver a sus hogares frente al miedo de enfermarse en un país que no es el suyo.
Lamentablemente, desde comienzos de junio el Gobierno de Maduro ha restringido el ingreso de sus ciudadanos por vía terrestre y, además, los dos vuelos humanitarios que se han fletado desde Ecuador a Venezuela no dan abasto para los 17 mil migrantes venezolanos que se se han registrado en su consulado en el Ecuador para optar por una repatriación aérea, algunos de los cuales se encuentran conglomerados en las puertas del consulado. Definitivamente, la crisis económica, política y social a partir del COVID-19 ha venido a empeorar la situación de los migrantes venezolanos en Ecuador que era ya bastante precaria antes de la emergencia sanitaria.